La Educación Sexual Integral en
la Escuela
Introducción
La sexualidad es un aspecto más del desarrollo infantil del
niño/a por los que se le debe reservar un espacio educativo propio, realizando
una acción educativa planificada. La Educación Sexual debe ser parte de la
educación integral del niño/a. La calle, el cine, la televisión, los medios de
comunicación en general, etc., están saturados de sexualidad por lo que la
educación sexual debe tratar de impartir una información veraz, progresiva,
científica y adecuada de los que es la sexualidad humana tanto en su vertiente
biológica, psicológica (identidad sexual y rol de género) y social (normas
sexuales de la sociedad, códigos morales, etc.). La educación sexual debe
perseguir, a lo largo de la etapa de Educación Infantil en inicio de una
sexualidad plena y equilibrada sin discriminación y en un plano de igualdad
entre sexos.
Este módulo es una herramienta significativa para abordar la
Educación Sexual Integral desde la especificidad de la etapa vital de las alumnas
y los alumnos que transitan 1ª y 2ª de educación primaria. En primaria, la
educación en sexualidad se debe orientar a que las alumnas y los alumnos se
reconozcan como personas únicas y valiosas que deben cuidarse y quererse, por
lo que se estudian contenidos relacionados con las partes del cuerpo, sus
funciones y cuidados, la identificación de semejanzas y diferencias físicas
entre pares, así como la relación entre las características de padres e hijos.
También éste módulo contiene una serie de actividades
dirigidas a enriquecer el trabajo realizado por los docentes.
Objetivo de Módulo
- Conocer y descubrir los caracteres sexuales de su propio cuerpo y el de los otros.
- Desarrollar actitudes de respeto hacia las diferencias individuales por razón de sexo.
- Adquirir y familiarizarse con el vocabulario sexual.
- Aceptar y respetar las características diferenciales de los demás
- Conocer los derechos de las niñas y los niños
Guía de Contenidos
·
Las partes de mi cuerpo
·
Funciones y cuidados
·
La identificación de
semejanzas y diferencias físicas entre pares
·
Derecho de los niños
Generalidades de la educación en sexualidad desde
las escuelas.
En las instituciones educativas, la
Educación Sexual Integral constituye un espacio sistemático de enseñanza y
aprendizaje que comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuados
a las edades de niños y niñas, y abordados de manera transversal y/o en
espacios específicos. Incluye el desarrollo de saberes y habilidades para el
cuidado del propio cuerpo; la valoración de las emociones y de los sentimientos
en las relaciones interpersonales; el fomento de valores y actitudes
relacionados con el amor, la solidaridad, el respeto por la vida y la
integridad de las personas; y el ejercicio de los derechos relacionados con la
sexualidad. También promueve el trabajo articulado con las familias, los
centros de salud y las organizaciones sociales.
Asumir la educación sexual desde
una perspectiva integral demanda un trabajo dirigido a promover aprendizajes
desde el punto de vista cognitivo, pero también en el plano de lo afectivo, y
en las prácticas concretas vinculadas a la vida en sociedad.
Cuando pensamos en propuestas que
apuntan a generar aprendizajes de tipo cognitivo, entendemos que el suministro
de información científicamente validada, acorde a cada etapa del desarrollo, es
fundamental. Sin embargo, sabemos que con la información no alcanza, y que
también es necesario trabajar sobre los prejuicios y las creencias que
sostienen actitudes discriminatorias y el conocimiento de derechos y
obligaciones.
Con respecto al plano de la
afectividad, consideramos que, desde la escuela, es posible trabajar para
desarrollar capacidades emocionales como la solidaridad, la empatía, la
expresión de los sentimientos en el marco del respeto por los y las demás. Este
aspecto puede resultar novedoso, ya que, habitualmente, los aspectos
emocionales fueron poco abordados desde la escuela tradicional. De alguna
manera, se daba por sentado que se trataba de cuestiones que se aprendían
espontáneamente, con la madurez que va brindando la experiencia. Teniendo en
cuenta, además, la vía de aprendizaje informal que constituye la experiencia de
vivir, es posible diseñar enseñanzas sistemáticas, orientadas a generar formas
de expresión de los afectos que mejoren las relaciones interpersonales y
promuevan el crecimiento integral de las personas.
Por último, contemplamos una
dimensión más relacionada con el saber hacer, en que se promueve la adquisición
de prácticas, tales como la posibilidad de decir “no” frente a la coacción de
otros y de otras, el fortalecimiento de conductas de cuidado personal y
colectivo de la salud, y también de habilidades psicosociales, como la
expresión de sentimientos y afectos.
Proponemos abordar la educación sexual
integral desde los siguientes contenidos:
·
Las
partes de mi cuerpo
o
Características
diferenciales del propio cuerpo respecto a los /as demás.
o
Caracteres sexuales del
cuerpo.
Actividades
· A partir de las vivencias
se habla sobre las diferencias sexuales del niño y la niña.
· A partir de la presentación
de una lámina donde aparezca un niño/a, los niños/as dialogarán sobre las
características sexuales de su cuerpo, de sus segmentos corporales,…
· A partir de láminas,
diapositivas o vídeo alusivo al tema, hablar en gran grupo, sobre las
diferentes partes del cuerpo, y las diferencias entre niños/as.
· A partir de láminas,
diapositivas o transparencias alusivas, comentar las diferencias que existen
entre los niños/as y las personas adultas.
·
Funciones
y cuidados
Actividades
a partir del cuento que hagan referencia
al cuerpo y sus cuidados.
Lo que enseñan los cuentos:
o
Las partes del cuerpo.
o
Importancia de los órganos
sexuales.
Valores de los cuentos:
o
Respeto.
o
Limpieza.
·
La
identificación de semejanzas y diferencias físicas entre pares
Actividades
o
Juego de “en la clase hay
niños y niñas”. Comenzaremos esta actividad haciendo que los niños/as expresen
verbalmente su sexo. Cada cual dirá: “Yo soy una niña”. Después lo harán
construyendo frases negativas: “Yo no soy un niño”. “Yo no soy una niña”. Pondremos
música, y niños/as se moverán libremente por la clase. Trabajaremos la
situación espacial dentro-fuera y las posturas. Cada vez que paremos la música
daremos una orden. Por ejemplo: “Niños dentro de la alfombra, tumbados”, “Niñas
fuera de la alfombra de pie”… Les mostraremos una lámina o los muñecos que
tenemos en clase en los que observen las diferencias entre el niño/a. Después
de observados y comentarlos dibujarán un niño y una niña.
o
Juego de “somos
diferentes”. Los niños y niñas se colocarán por parejas. Delante del espejo se
describirán cada uno y otro en cuanto al color del pelo, la altura, los ojos,…
Después daremos a un niño y a una niña de cada pareja una pintura de
maquillaje. Tendrán que marcar en su compañero las partes de su cuerpo que vayamos
diciendo. Luego lo que marcar en su compañero las partes de su cuerpo que
vayamos diciendo. Luego lo hará el toro miembro de la pareja.
· Derecho de los niños
•
“Ejercer nuestros derechos” está orientado a trabajar en la escuela sobre la
apropiación del enfoque de los derechos humanos como orientación para la
convivencia social. El foco está puesto en aquellos derechos que se vinculan al
respeto por las otras y los otros en las relaciones interpersonales, el acceso
a conocimientos sobre el cuerpo y la expresión de sentimientos y necesidades
vinculadas a la sexualidad, y la promoción de aprendizajes de prácticas de
defensa de derechos, por ejemplo: el derecho de recibir información
científicamente validada o el no ser discriminado, entre otros.
• “Respetar la diversidad” se
refiere al reconocimiento y valoración de las manifestaciones de las múltiples
diferencias entre las personas .Las propuestas que formulamos están
específicamente orientadas al conocimiento de las formas de ser mujeres y de
ser varones que histórica y socialmente se han construido en nuestra sociedad.
En este sentido, proponemos identificar los prejuicios y las prácticas
referidas a capacidades y aptitudes vinculadas al género, y el rechazo a todas
las formas de discriminación.
• “Reconocer distintos modos
de vida” también constituye un eje, ya que uno de los propósitos formativos de
la Educación Sexual Integral es ampliar el horizonte cultural desde el cual
cada niña y cada niño desarrolla su subjetividad como parte de un colectivo
social. En la medida en que puedan conocer distintas formas de organización
familiares, sociales y culturales en el tiempo y en el espacio, más plenamente
podrán desarrollarse y enriquecer su mirada sobre los valores y actitudes
presentes en los vínculos humanos.
• “Cuidar el cuerpo y la
salud” propicia el conocimiento sobre los cambios del cuerpo humano y la
identificación de sus partes íntimas en el marco de la promoción de hábitos de
cuidado de uno mismo, de los demás y de la salud en general. También propicia
la reflexión crítica sobre los modelos y los mensajes de belleza que circulan
en nuestra sociedad y que pueden influir negativamente en la autoestima y en
los vínculos interpersonales.
• “Valorar la
afectividad” apunta a que las niños y las niñas puedan expresar, reflexionar y
valorar las emociones y sentimientos vinculados a la sexualidad, al mismo
tiempo que se promueven valores como el amor, la solidaridad y el respeto a la
intimidad propia y ajena.
Estas propuestas áulicas no
presentan un orden secuencial. Pueden ser abordadas siguiendo diferentes
itinerarios, y de manera articulada con las actividades de enseñanza
cotidianas. Al recorrerlas, seguramente notarán cómo las actividades de los
distintos ejes pueden entrecruzarse con facilidad y enriquecerse mutuamente,
debido a su carácter integral.
1: ¡Qué común es ser diferente!
PARA PRE MEDIA.
A través de esta actividad nos
proponemos reflexionar junto con los chicos y las chicas acerca de los
prejuicios y los miedos que surgen frente a lo desconocido, particularmente
frente a quienes pueden aparecer como diferentes a uno/a, para fomentar la
comprensión y evitar que realicen acciones que puedan humillar a los demás.
Al igual que entre los adultos,
podemos encontrar entre los niños y las niñas actitudes de discriminación o de
rechazo hacia las personas, las costumbres o las ideas que reconocen como
diferentes. Estas acciones pueden expresar o bien modos de percibir y pensar de
los distintos sectores sociales o bien influencias de los medios de comunicación
masiva, entre otros factores que influyen en la socialización de los niños y
las niñas.
Sugerimos comenzar la actividad
con la lectura del siguiente fragmento de un texto literario:
Después de leer el cuento,
podemos iniciar un diálogo con los niños y las niñas a través del planteo de
preguntas como las siguientes: ¿Por qué les parece que los chicos y las chicas
se reían? ¿Por qué a Teresita le decían “la china”? ¿Tendría ella que abandonar
su propio saludo o podría aprender el nuestro y nosotros el de ella? ¿A alguno
de ustedes le pasó alguna vez algo parecido a lo que le ocurrió a Teresita?
¿Qué sintió en ese momento? ¿Cómo se sentirían ustedes si les sucediera lo que
le pasó a Teresita? ¿A alguno le pasó encontrarse con alguien “diferente”? ¿En qué
era diferente esa persona? ¿Qué nos pasa cuando nos encontramos con alguien
“diferente”? ¿Nos gusta o... sentimos miedo? ¿Nos enoja tener que hacer
esfuerzos para entendernos? ¿Qué otros sentimientos nos provoca? ¿Por qué les
parece que nos pasa esto?
Aproximarse de una manera
positiva a la diversidad sociocultural de un grupo escolar es una actitud que
requiere un proceso de aprendizaje y posiciones sustentadas en la igualdad de
los derechos. El simple intercambio entre alumnos y alumnas pertenecientes a
contextos socioculturales diferentes puede no resultar suficiente para
incentivar actitudes y conductas respetuosas y de integración positiva. Pero
tampoco es posible lograr una convivencia enriquecedora desde la imposición de
un “deber ser” de tolerancia que encubra los sentimientos de rechazo. Es
preciso que día a día se concrete dentro del aula la valorización de cada niño
y cada niña, y que se le brinde el respeto que merece, como elementos básicos
para su desarrollo y como condición indispensable para la construcción de una
convivencia ciudadana.
Esta actividad puede concluir con
una reflexión sobre las semejanzas y las diferencias que presentan los chicos y
las chicas del grupo. A través de esta tarea conjunta se acercarán a descubrir
que todos y todas tienen algo en común, generando así un sentimiento de lo
compartido, de lo colectivo. Por ejemplo, ciertas necesidades básicas y los
derechos que se vinculan con el desarrollo de una vida digna como niños y
niñas: necesidad y derecho a recibir afecto, a una buena alimentación, al
cuidado de la salud, a ser tratados con respeto, a aprender, a tener un nombre,
una familia y un hogar. Además, les permitirá contemplar aquello que los
diferencia de los demás y que los enriquece y hace únicos: sus características
personales, sus fortalezas y debilidades, sus habilidades, sus gustos, sus
formas de ser y de hablar, sus costumbres y sus historias familiares, entre
otras cosas.
En todos los casos, corresponde
al docente destacar y valorar la legitimidad de las diferencias, tanto
personales como socioculturales, teniendo cuidado en que, si esas diferencias
están sustentadas en procesos de desigualdad social, tienen que ser puestas en
discusión desde, justamente, la igualdad que proponen los derechos sociales.
Actividad 2: ¿Cómo nos tratamos
en la escuela?
Esta actividad está pensada para
que las niñas y los niños puedan reconocer —a través del análisis de distintas
escenas escolares— desacuerdos y situaciones conflictivas que denotan descuidos
o malos tratos, hacia sí mismos o hacia los demás, que estén vinculados con la
sexualidad integral. Un abordaje formativo de los conflictos cotidianos en el
aula y en la escuela, basado en el análisis de derechos y responsabilidades de
cada niño o niña y en la proposición de formas de resolución y de normas de
convivencia, permitirá fomentar mayores grados de autonomía y desarrollar
actitudes orientadas al respeto y al ejercicio de los derechos humanos.
SUGERENCIAS PARA PRE MEDIA
Los más pequeños y pequeñas se
pueden organizar en grupos de cinco integrantes, y observar dibujos o leer
frases simples en las que se describan distintas acciones o situaciones, tanto
de respeto como de no respeto de derechos de los niños y las niñas en el
contexto escolar. Estas últimas —las de no respeto— pueden hacer referencia a
distintos niveles de conflicto, pero siempre es conveniente analizarlas y que
los chicos y las chicas puedan expresar sus inquietudes y puntos de vista con
respecto a situaciones como las trabajadas. En este sentido, la propuesta está
orientada a que identifiquen con cuáles de esas acciones se sienten bien y con
cuáles no; qué sentimientos les generan y por qué. Las situaciones pueden ser
las siguientes u otras similares:
Situación 1. Entran dos alumnos
nuevos al grado y, en la clase, el grupo les hace preguntas para que se sientan
bienvenidos: cómo se llaman, cómo están constituidas sus familias, de qué
escuela provienen…
Situación 2. Dos varones
empezaron jugando a que peleaban y fueron pegándose cada vez más fuerte hasta
que uno se cayó al piso; entonces, el otro se le tiró encima y le pidió que le
devolviera el auto que le habían regalado para su cumpleaños.
Situación 3. En la clase de
Educación Física, cuando hacen juego libre, los chicos y las chicas siempre
piensan en cómo integrar a Ana, quien tiene una discapacidad física.
Situación 4. Un nene de primer
grado está en el baño y es presionado por dos chicos más grandes para que les
muestre su ropa interior.
Mientras los grupos trabajan, el
docente escribirá en el pizarrón una breve descripción de los derechos de la
Convención sobre los Derechos del Niño relacionados con las situaciones
analizadas. Una vez realizada la puesta en común de todos los grupos, podemos
conversar vinculando cada derecho con esas situaciones. Esta actividad puede
ser trabajada en más de una clase.
Actividad 3: Los cuidados que
necesitamos4
PARA MEDIA
El objetivo de esta actividad es
que las niñas y los niños puedan reconocer y utilizar herramientas de
protección frente a posibles situaciones de maltrato y/o abuso procedente de
adultos y/o adolescentes, en el contexto familiar o en otros contextos. En este
sentido, proponemos que el aula sea un espacio para reflexionar sobre las
condiciones que implican respeto a los derechos propios y también sobre
aquellas que facilitan la identificación de “signos de alarma”, la puesta en
práctica de habilidades psicosociales y de recursos simbólicos en tanto
factores protectores personales.
Luego, podemos compartir en el
grupo estas producciones individuales, identificando y nombrando aquellas
actitudes, acciones, comportamientos, usos del lenguaje y/o gestos,
manifestados por las personas adultas, que los hacen sentir bien. Se puede ir
haciendo un listado de los modos de cuidado y protección de la integridad
física y emocional que sean beneficiosos para los niños y las niñas, y que
estos puedan recibir de parte de los adultos. Es importante que entre todos
vayan encontrando expresiones en común que constituyan la base para acuerdos
sobre los que deba asentarse el cuidado colectivo.
Por ejemplo:
·
Darles espacio para la comunicación y la escucha
acerca de lo que les sucede, de lo que viven en la escuela, con sus amigos o en
la calle, para conocer qué piensan y sienten, y poder ayudarlos en caso de que
lo requieran.
·
Hablarles sin gritar ni maltratarlos física y/o
verbalmente.
·
Brindarles cariño y contención afectiva,
acompañándolos en el crecimiento.
·
Posibilitar espacios y tiempos para el juego, la
recreación y el descanso.
También se pueden identificar los
Derechos del Niño que están siendo respetados en cada uno de esos casos.
A continuación, proponemos a los
chicos y chicas que observen los siguientes dibujos, en los cuales se
representan distintas situaciones donde se muestran vínculos entre personas adultas
y niños o niñas. Los invitamos a identificar en las ilustraciones en qué casos
se producen o no situaciones de protección y cuidado.
En este punto, podemos trabajar
sobre algunas herramientas de autocuidado, como por ejemplo: el reconocimiento
de los propios sentimientos; la capacidad de expresarlos, particularmente en
situaciones en las que no se sienten cuidados; la capacidad de decir “no”
frente a situaciones que incomodan o hacen sentir mal; el cuidado del propio
cuerpo, la capacidad de buscar ayuda en otra persona adulta y contar lo que les
pasa. Se pondrá énfasis en cinco herramientas de protección:
·
Conocer el propio cuerpo: los chicos y las
chicas deben saber nombrar e identificar las distintas partes de su cuerpo, y,
especialmente, las partes íntimas, y conocer las distintas formas de cuidarlo.
·
Respetar y proteger el cuerpo: trabajar con los
chicos y las chicas la idea de que el cuerpo de cada uno es su “territorio” y
nadie puede tocar su cuerpo y sus partes íntimas si eso los pone incómodos o
incómodas, o los hace sentir mal. El mensaje que podemos transmitir en este
caso sería el siguiente: Las partes íntimas se llaman así porque son las que
sólo podés tocar y ver vos o tus padres / cuidadores, por razones de higiene o
de salud; también los médicos para revisarte… Nadie —ni siquiera tus padres—
tiene derecho a tocarlas o pedir que las muestres por otros motivos, y si
alguien lo hace, contáselo a otra persona adulta para que te pueda ayudar.
·
Aprender a decir “no” frente a caricias,
palabras o peticiones que los hacen sentir mal, incómodos o confundidos.
·
Conocer el significado de los secretos: nadie
puede obligarlos a guardar secretos de situaciones que los hacen sentir mal,
incómodos o confundidos.
·
Solicitar
ayuda: acudir a una persona adulta cuando se enfrentan a situaciones que dañan
a la propia persona o a otros u otras.
Lo importante es que habilitemos
oportunidades para conversar y pensar situaciones que pueden llegar a vivenciar
los niños y las niñas, haciendo referencia permanentemente a los derechos de
los niños y las niñas que enfatizan la protección integral.
En el caso de que una chica o un
chico nos confíen alguna experiencia vivida en relación a maltrato o abuso,
debemos realizar las interconsultas necesarias para garantizar que esa niña o
niño se sienta escuchado y que sea atendido. Entonces, le haremos saber que
sólo compartiremos la confidencia con alguien que pueda ayudar a resolver el
problema.
Si un niño o una niña nos confíen
otras situaciones en tono de confidencia —por ejemplo, que se está llevando mal
con un amigo o amiga—, es importante que respetemos su privacidad y no
divulguemos esta información.
Actividad 5: Aprendiendo a
protegernos
Esta actividad tiene como
objetivo identificar situaciones de abuso sexual infantil que pueden darse en
la vida cotidiana de los alumnos y las alumnas, incrementando sus capacidades
de protección, enseñando a decir “no” cuando un contacto físico es inadecuado.
Para ello se trabajará con las
siguientes frases con situaciones, que pueden escribirse en el pizarrón y sobre
las cuales se desarrollará la discusión grupal. La consigna inicial será
entonces que los chicos y las chicas dibujen caritas junto a cada frase:
sonriente, si les parece que la situación es apropiada o “está bien”; y triste,
si les parece que la situación es inadecuada o “está mal”. Podrán hacerlo en
forma individual o bien conversando, compartiendo y acordando en pequeños
grupos.
• Un papá abraza a su hija
pequeña con mucho cariño y cuidado.
• A un niño, su tío le está
mostrando una revista para grandes, con mujeres sin ropa.
• Un nene va al médico acompañado
por su mamá. El médico le pide que se desvista para revisarlo.
• Un vecino le dice a una niña
que vaya a su casa porque sus papás no están y le pidieron que él la cuide.
• Un adulto ayuda a una niña que
se cayó de la bicicleta y se golpeó. La ayuda a levantarse y mira dónde se
lastimó, mientras llama a otros vecinos.
• Una persona que va con su auto
se detiene y le pide a un niño que lo acompañe para mostrarle dónde queda una
calle del barrio. El niño se acerca y esta persona quiere obligarlo a que vaya
con ella.
• Una mamá le explica a su hija
que si alguien le dice algo feo o quiere tocar alguna de sus partes íntimas, le
diga: “¡No!”, y busque ayuda en un adulto de confianza.
• Un niño se anima a contarle a
la maestra un secreto que tiene y que lo hace sentir muy mal. El secreto es
sobre un chico más grande que, a veces, en el camino de vuelta a su casa, le
quiere dar un beso.
• En el colectivo, un hombre se
acerca a una nena y le toca la cola.
Una vez que hayan dibujado las
caritas, los chicos y las chicas realizarán una puesta en común. Entre todos,
irán diferenciando aquellas situaciones que fueron clasificadas como
inadecuadas o como adecuadas, como malas o buenas, desagradables o agradables,
y comentarán por qué las calificaron de esa manera. Esta actividad ayudará a
los niños y las niñas a identificar aspectos del contexto y de las emociones
que hacen que una situación sea o no riesgosa y por qué. Es importante que, si
los chicos y chicas clasifican alguna situación de cuidado como inadecuada, el
o la docente pueda explicar qué condiciones hacen que no sea mala o
inapropiada.
Por ejemplo: si a la situación
relacionada con el médico los niños y las niñas le colocan una carita triste,
el o la docente ayudará a definirla como segura, explicando qué elementos hacen
que sea así, como la presencia de la madre, el hecho de que la revisación
médica se realiza por motivos de salud, etc.
http://www.buenosaires.gob.ar/areas/educacion/cepa/edsexual_escuela_primaria.pdf Educación Sexual en la Escuela Primaria.
http://www.buenosaires.gob.ar/areas/educacion/curricula/pdf/educ-sexual-np.pdf
Lineamientos curricular para la Educación Sexual Integral en el nivel primario.
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