martes, 3 de septiembre de 2013

La Educación Sexual Integral en la Escuela

Introducción
La sexualidad es un aspecto más del desarrollo infantil del niño/a por los que se le debe reservar un espacio educativo propio, realizando una acción educativa planificada. La Educación Sexual debe ser parte de la educación integral del niño/a. La calle, el cine, la televisión, los medios de comunicación en general, etc., están saturados de sexualidad por lo que la educación sexual debe tratar de impartir una información veraz, progresiva, científica y adecuada de los que es la sexualidad humana tanto en su vertiente biológica, psicológica (identidad sexual y rol de género) y social (normas sexuales de la sociedad, códigos morales, etc.). La educación sexual debe perseguir, a lo largo de la etapa de Educación Infantil en inicio de una sexualidad plena y equilibrada sin discriminación y en un plano de igualdad entre sexos.
Este módulo es una herramienta significativa para abordar la Educación Sexual Integral desde la especificidad de la etapa vital de las alumnas y los alumnos que transitan 1ª y 2ª de educación primaria. En primaria, la educación en sexualidad se debe orientar a que las alumnas y los alumnos se reconozcan como personas únicas y valiosas que deben cuidarse y quererse, por lo que se estudian contenidos relacionados con las partes del cuerpo, sus funciones y cuidados, la identificación de semejanzas y diferencias físicas entre pares, así como la relación entre las características de padres e hijos.
También éste módulo contiene una serie de actividades dirigidas a enriquecer el trabajo realizado por los docentes. 

Objetivo de Módulo
  • Conocer y descubrir los caracteres sexuales de su propio cuerpo y el de los otros.
  • Desarrollar actitudes de respeto hacia las diferencias individuales por razón de sexo.
  • Adquirir y familiarizarse con el vocabulario sexual.
  •  Aceptar y respetar las características diferenciales de los demás
  • Conocer los derechos de las niñas y los niños


Guía de Contenidos
·         Las partes de mi  cuerpo
·         Funciones y cuidados
·         La identificación de semejanzas y diferencias físicas entre pares
·         Derecho de los niños

Generalidades de la educación en sexualidad desde las escuelas.

En las instituciones educativas, la Educación Sexual Integral constituye un espacio sistemático de enseñanza y aprendizaje que comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuados a las edades de niños y niñas, y abordados de manera transversal y/o en espacios específicos. Incluye el desarrollo de saberes y habilidades para el cuidado del propio cuerpo; la valoración de las emociones y de los sentimientos en las relaciones interpersonales; el fomento de valores y actitudes relacionados con el amor, la solidaridad, el respeto por la vida y la integridad de las personas; y el ejercicio de los derechos relacionados con la sexualidad. También promueve el trabajo articulado con las familias, los centros de salud y las organizaciones sociales.
Asumir la educación sexual desde una perspectiva integral demanda un trabajo dirigido a promover aprendizajes desde el punto de vista cognitivo, pero también en el plano de lo afectivo, y en las prácticas concretas vinculadas a la vida en sociedad.
Cuando pensamos en propuestas que apuntan a generar aprendizajes de tipo cognitivo, entendemos que el suministro de información científicamente validada, acorde a cada etapa del desarrollo, es fundamental. Sin embargo, sabemos que con la información no alcanza, y que también es necesario trabajar sobre los prejuicios y las creencias que sostienen actitudes discriminatorias y el conocimiento de derechos y obligaciones.
Con respecto al plano de la afectividad, consideramos que, desde la escuela, es posible trabajar para desarrollar capacidades emocionales como la solidaridad, la empatía, la expresión de los sentimientos en el marco del respeto por los y las demás. Este aspecto puede resultar novedoso, ya que, habitualmente, los aspectos emocionales fueron poco abordados desde la escuela tradicional. De alguna manera, se daba por sentado que se trataba de cuestiones que se aprendían espontáneamente, con la madurez que va brindando la experiencia. Teniendo en cuenta, además, la vía de aprendizaje informal que constituye la experiencia de vivir, es posible diseñar enseñanzas sistemáticas, orientadas a generar formas de expresión de los afectos que mejoren las relaciones interpersonales y promuevan el crecimiento integral de las personas.
Por último, contemplamos una dimensión más relacionada con el saber hacer, en que se promueve la adquisición de prácticas, tales como la posibilidad de decir “no” frente a la coacción de otros y de otras, el fortalecimiento de conductas de cuidado personal y colectivo de la salud, y también de habilidades psicosociales, como la expresión de sentimientos y afectos.
Proponemos abordar la educación sexual integral desde los siguientes contenidos:
·         Las partes de mi  cuerpo
o   Características diferenciales del propio cuerpo respecto a los /as demás.
o   Caracteres sexuales del cuerpo.
Actividades
·   A partir de las vivencias se habla sobre las diferencias sexuales del niño y la niña.
·  A partir de la presentación de una lámina donde aparezca un niño/a, los niños/as dialogarán sobre las características sexuales de su cuerpo, de sus segmentos corporales,…
·  A partir de láminas, diapositivas o vídeo alusivo al tema, hablar en gran grupo, sobre las diferentes partes del cuerpo, y las diferencias entre niños/as.
·   A partir de láminas, diapositivas o transparencias alusivas, comentar las diferencias que existen entre los niños/as y las personas adultas.

·         Funciones y cuidados
Actividades a partir del cuento que hagan referencia al cuerpo y sus cuidados.
Lo que enseñan los cuentos:
o   Las partes del cuerpo.
o   Importancia de los órganos sexuales.
Valores de los cuentos:
o   Respeto.
o   Limpieza.
·         La identificación de semejanzas y diferencias físicas entre pares
Actividades
o   Juego de “en la clase hay niños y niñas”. Comenzaremos esta actividad haciendo que los niños/as expresen verbalmente su sexo. Cada cual dirá: “Yo soy una niña”. Después lo harán construyendo frases negativas: “Yo no soy un niño”. “Yo no soy una niña”. Pondremos música, y niños/as se moverán libremente por la clase. Trabajaremos la situación espacial dentro-fuera y las posturas. Cada vez que paremos la música daremos una orden. Por ejemplo: “Niños dentro de la alfombra, tumbados”, “Niñas fuera de la alfombra de pie”… Les mostraremos una lámina o los muñecos que tenemos en clase en los que observen las diferencias entre el niño/a. Después de observados y comentarlos dibujarán un niño y una niña.

o   Juego de “somos diferentes”. Los niños y niñas se colocarán por parejas. Delante del espejo se describirán cada uno y otro en cuanto al color del pelo, la altura, los ojos,… Después daremos a un niño y a una niña de cada pareja una pintura de maquillaje. Tendrán que marcar en su compañero las partes de su cuerpo que vayamos diciendo. Luego lo que marcar en su compañero las partes de su cuerpo que vayamos diciendo. Luego lo hará el toro miembro de la pareja.

·      Derecho de los niños
“Ejercer nuestros derechos” está orientado a trabajar en la escuela sobre la apropiación del enfoque de los derechos humanos como orientación para la convivencia social. El foco está puesto en aquellos derechos que se vinculan al respeto por las otras y los otros en las relaciones interpersonales, el acceso a conocimientos sobre el cuerpo y la expresión de sentimientos y necesidades vinculadas a la sexualidad, y la promoción de aprendizajes de prácticas de defensa de derechos, por ejemplo: el derecho de recibir información científicamente validada o el no ser discriminado, entre otros.
“Respetar la diversidad” se refiere al reconocimiento y valoración de las manifestaciones de las múltiples diferencias entre las personas .Las propuestas que formulamos están específicamente orientadas al conocimiento de las formas de ser mujeres y de ser varones que histórica y socialmente se han construido en nuestra sociedad. En este sentido, proponemos identificar los prejuicios y las prácticas referidas a capacidades y aptitudes vinculadas al género, y el rechazo a todas las formas de discriminación.
“Reconocer distintos modos de vida” también constituye un eje, ya que uno de los propósitos formativos de la Educación Sexual Integral es ampliar el horizonte cultural desde el cual cada niña y cada niño desarrolla su subjetividad como parte de un colectivo social. En la medida en que puedan conocer distintas formas de organización familiares, sociales y culturales en el tiempo y en el espacio, más plenamente podrán desarrollarse y enriquecer su mirada sobre los valores y actitudes presentes en los vínculos humanos.
“Cuidar el cuerpo y la salud” propicia el conocimiento sobre los cambios del cuerpo humano y la identificación de sus partes íntimas en el marco de la promoción de hábitos de cuidado de uno mismo, de los demás y de la salud en general. También propicia la reflexión crítica sobre los modelos y los mensajes de belleza que circulan en nuestra sociedad y que pueden influir negativamente en la autoestima y en los vínculos interpersonales.
“Valorar la afectividad” apunta a que las niños y las niñas puedan expresar, reflexionar y valorar las emociones y sentimientos vinculados a la sexualidad, al mismo tiempo que se promueven valores como el amor, la solidaridad y el respeto a la intimidad propia y ajena.
Estas propuestas áulicas no presentan un orden secuencial. Pueden ser abordadas siguiendo diferentes itinerarios, y de manera articulada con las actividades de enseñanza cotidianas. Al recorrerlas, seguramente notarán cómo las actividades de los distintos ejes pueden entrecruzarse con facilidad y enriquecerse mutuamente, debido a su carácter integral.
1: ¡Qué común es ser diferente!
PARA PRE MEDIA.
A través de esta actividad nos proponemos reflexionar junto con los chicos y las chicas acerca de los prejuicios y los miedos que surgen frente a lo desconocido, particularmente frente a quienes pueden aparecer como diferentes a uno/a, para fomentar la comprensión y evitar que realicen acciones que puedan humillar a los demás.
Al igual que entre los adultos, podemos encontrar entre los niños y las niñas actitudes de discriminación o de rechazo hacia las personas, las costumbres o las ideas que reconocen como diferentes. Estas acciones pueden expresar o bien modos de percibir y pensar de los distintos sectores sociales o bien influencias de los medios de comunicación masiva, entre otros factores que influyen en la socialización de los niños y las niñas.
Sugerimos comenzar la actividad con la lectura del siguiente fragmento de un texto literario:
Después de leer el cuento, podemos iniciar un diálogo con los niños y las niñas a través del planteo de preguntas como las siguientes: ¿Por qué les parece que los chicos y las chicas se reían? ¿Por qué a Teresita le decían “la china”? ¿Tendría ella que abandonar su propio saludo o podría aprender el nuestro y nosotros el de ella? ¿A alguno de ustedes le pasó alguna vez algo parecido a lo que le ocurrió a Teresita? ¿Qué sintió en ese momento? ¿Cómo se sentirían ustedes si les sucediera lo que le pasó a Teresita? ¿A alguno le pasó encontrarse con alguien “diferente”? ¿En qué era diferente esa persona? ¿Qué nos pasa cuando nos encontramos con alguien “diferente”? ¿Nos gusta o... sentimos miedo? ¿Nos enoja tener que hacer esfuerzos para entendernos? ¿Qué otros sentimientos nos provoca? ¿Por qué les parece que nos pasa esto?
Aproximarse de una manera positiva a la diversidad sociocultural de un grupo escolar es una actitud que requiere un proceso de aprendizaje y posiciones sustentadas en la igualdad de los derechos. El simple intercambio entre alumnos y alumnas pertenecientes a contextos socioculturales diferentes puede no resultar suficiente para incentivar actitudes y conductas respetuosas y de integración positiva. Pero tampoco es posible lograr una convivencia enriquecedora desde la imposición de un “deber ser” de tolerancia que encubra los sentimientos de rechazo. Es preciso que día a día se concrete dentro del aula la valorización de cada niño y cada niña, y que se le brinde el respeto que merece, como elementos básicos para su desarrollo y como condición indispensable para la construcción de una convivencia ciudadana.
Esta actividad puede concluir con una reflexión sobre las semejanzas y las diferencias que presentan los chicos y las chicas del grupo. A través de esta tarea conjunta se acercarán a descubrir que todos y todas tienen algo en común, generando así un sentimiento de lo compartido, de lo colectivo. Por ejemplo, ciertas necesidades básicas y los derechos que se vinculan con el desarrollo de una vida digna como niños y niñas: necesidad y derecho a recibir afecto, a una buena alimentación, al cuidado de la salud, a ser tratados con respeto, a aprender, a tener un nombre, una familia y un hogar. Además, les permitirá contemplar aquello que los diferencia de los demás y que los enriquece y hace únicos: sus características personales, sus fortalezas y debilidades, sus habilidades, sus gustos, sus formas de ser y de hablar, sus costumbres y sus historias familiares, entre otras cosas.
En todos los casos, corresponde al docente destacar y valorar la legitimidad de las diferencias, tanto personales como socioculturales, teniendo cuidado en que, si esas diferencias están sustentadas en procesos de desigualdad social, tienen que ser puestas en discusión desde, justamente, la igualdad que proponen los derechos sociales.
Actividad 2: ¿Cómo nos tratamos en la escuela?
Esta actividad está pensada para que las niñas y los niños puedan reconocer —a través del análisis de distintas escenas escolares— desacuerdos y situaciones conflictivas que denotan descuidos o malos tratos, hacia sí mismos o hacia los demás, que estén vinculados con la sexualidad integral. Un abordaje formativo de los conflictos cotidianos en el aula y en la escuela, basado en el análisis de derechos y responsabilidades de cada niño o niña y en la proposición de formas de resolución y de normas de convivencia, permitirá fomentar mayores grados de autonomía y desarrollar actitudes orientadas al respeto y al ejercicio de los derechos humanos.
SUGERENCIAS PARA PRE MEDIA
Los más pequeños y pequeñas se pueden organizar en grupos de cinco integrantes, y observar dibujos o leer frases simples en las que se describan distintas acciones o situaciones, tanto de respeto como de no respeto de derechos de los niños y las niñas en el contexto escolar. Estas últimas —las de no respeto— pueden hacer referencia a distintos niveles de conflicto, pero siempre es conveniente analizarlas y que los chicos y las chicas puedan expresar sus inquietudes y puntos de vista con respecto a situaciones como las trabajadas. En este sentido, la propuesta está orientada a que identifiquen con cuáles de esas acciones se sienten bien y con cuáles no; qué sentimientos les generan y por qué. Las situaciones pueden ser las siguientes u otras similares:
Situación 1. Entran dos alumnos nuevos al grado y, en la clase, el grupo les hace preguntas para que se sientan bienvenidos: cómo se llaman, cómo están constituidas sus familias, de qué escuela provienen…
Situación 2. Dos varones empezaron jugando a que peleaban y fueron pegándose cada vez más fuerte hasta que uno se cayó al piso; entonces, el otro se le tiró encima y le pidió que le devolviera el auto que le habían regalado para su cumpleaños.
Situación 3. En la clase de Educación Física, cuando hacen juego libre, los chicos y las chicas siempre piensan en cómo integrar a Ana, quien tiene una discapacidad física.
Situación 4. Un nene de primer grado está en el baño y es presionado por dos chicos más grandes para que les muestre su ropa interior.
Mientras los grupos trabajan, el docente escribirá en el pizarrón una breve descripción de los derechos de la Convención sobre los Derechos del Niño relacionados con las situaciones analizadas. Una vez realizada la puesta en común de todos los grupos, podemos conversar vinculando cada derecho con esas situaciones. Esta actividad puede ser trabajada en más de una clase.
Actividad 3: Los cuidados que necesitamos4
PARA MEDIA
El objetivo de esta actividad es que las niñas y los niños puedan reconocer y utilizar herramientas de protección frente a posibles situaciones de maltrato y/o abuso procedente de adultos y/o adolescentes, en el contexto familiar o en otros contextos. En este sentido, proponemos que el aula sea un espacio para reflexionar sobre las condiciones que implican respeto a los derechos propios y también sobre aquellas que facilitan la identificación de “signos de alarma”, la puesta en práctica de habilidades psicosociales y de recursos simbólicos en tanto factores protectores personales.
Luego, podemos compartir en el grupo estas producciones individuales, identificando y nombrando aquellas actitudes, acciones, comportamientos, usos del lenguaje y/o gestos, manifestados por las personas adultas, que los hacen sentir bien. Se puede ir haciendo un listado de los modos de cuidado y protección de la integridad física y emocional que sean beneficiosos para los niños y las niñas, y que estos puedan recibir de parte de los adultos. Es importante que entre todos vayan encontrando expresiones en común que constituyan la base para acuerdos sobre los que deba asentarse el cuidado colectivo.
Por ejemplo:
·         Darles espacio para la comunicación y la escucha acerca de lo que les sucede, de lo que viven en la escuela, con sus amigos o en la calle, para conocer qué piensan y sienten, y poder ayudarlos en caso de que lo requieran.
·         Hablarles sin gritar ni maltratarlos física y/o verbalmente.
·         Brindarles cariño y contención afectiva, acompañándolos en el crecimiento.
·         Posibilitar espacios y tiempos para el juego, la recreación y el descanso.
También se pueden identificar los Derechos del Niño que están siendo respetados en cada uno de esos casos.
A continuación, proponemos a los chicos y chicas que observen los siguientes dibujos, en los cuales se representan distintas situaciones donde se muestran vínculos entre personas adultas y niños o niñas. Los invitamos a identificar en las ilustraciones en qué casos se producen o no situaciones de protección y cuidado.

 Los factores protectores pueden identificarse a medida que se va trabajando en plenario sobre las distintas situaciones: ¿Qué está pasando en cada situación? ¿Qué estará sintiendo el niño/ la niña? ¿En qué situaciones ellos/as se sienten bien, contentos, alegres y en cuáles están tristes, inquietos, temerosos, enojados? ¿Qué contactos les parece que pueden resultar agradables y cuáles no? ¿Qué podemos hacer cuando una caricia o contacto no nos gusta o nos hace sentir mal?
En este punto, podemos trabajar sobre algunas herramientas de autocuidado, como por ejemplo: el reconocimiento de los propios sentimientos; la capacidad de expresarlos, particularmente en situaciones en las que no se sienten cuidados; la capacidad de decir “no” frente a situaciones que incomodan o hacen sentir mal; el cuidado del propio cuerpo, la capacidad de buscar ayuda en otra persona adulta y contar lo que les pasa. Se pondrá énfasis en cinco herramientas de protección:
·         Conocer el propio cuerpo: los chicos y las chicas deben saber nombrar e identificar las distintas partes de su cuerpo, y, especialmente, las partes íntimas, y conocer las distintas formas de cuidarlo.
·         Respetar y proteger el cuerpo: trabajar con los chicos y las chicas la idea de que el cuerpo de cada uno es su “territorio” y nadie puede tocar su cuerpo y sus partes íntimas si eso los pone incómodos o incómodas, o los hace sentir mal. El mensaje que podemos transmitir en este caso sería el siguiente: Las partes íntimas se llaman así porque son las que sólo podés tocar y ver vos o tus padres / cuidadores, por razones de higiene o de salud; también los médicos para revisarte… Nadie —ni siquiera tus padres— tiene derecho a tocarlas o pedir que las muestres por otros motivos, y si alguien lo hace, contáselo a otra persona adulta para que te pueda ayudar.
·         Aprender a decir “no” frente a caricias, palabras o peticiones que los hacen sentir mal, incómodos o confundidos.
·         Conocer el significado de los secretos: nadie puede obligarlos a guardar secretos de situaciones que los hacen sentir mal, incómodos o confundidos.
·          Solicitar ayuda: acudir a una persona adulta cuando se enfrentan a situaciones que dañan a la propia persona o a otros u otras.
Lo importante es que habilitemos oportunidades para conversar y pensar situaciones que pueden llegar a vivenciar los niños y las niñas, haciendo referencia permanentemente a los derechos de los niños y las niñas que enfatizan la protección integral.
En el caso de que una chica o un chico nos confíen alguna experiencia vivida en relación a maltrato o abuso, debemos realizar las interconsultas necesarias para garantizar que esa niña o niño se sienta escuchado y que sea atendido. Entonces, le haremos saber que sólo compartiremos la confidencia con alguien que pueda ayudar a resolver el problema.
Si un niño o una niña nos confíen otras situaciones en tono de confidencia —por ejemplo, que se está llevando mal con un amigo o amiga—, es importante que respetemos su privacidad y no divulguemos esta información.
Actividad 5: Aprendiendo a protegernos
Esta actividad tiene como objetivo identificar situaciones de abuso sexual infantil que pueden darse en la vida cotidiana de los alumnos y las alumnas, incrementando sus capacidades de protección, enseñando a decir “no” cuando un contacto físico es inadecuado.
Para ello se trabajará con las siguientes frases con situaciones, que pueden escribirse en el pizarrón y sobre las cuales se desarrollará la discusión grupal. La consigna inicial será entonces que los chicos y las chicas dibujen caritas junto a cada frase: sonriente, si les parece que la situación es apropiada o “está bien”; y triste, si les parece que la situación es inadecuada o “está mal”. Podrán hacerlo en forma individual o bien conversando, compartiendo y acordando en pequeños grupos.
• Un papá abraza a su hija pequeña con mucho cariño y cuidado.
• A un niño, su tío le está mostrando una revista para grandes, con mujeres sin ropa.
• Un nene va al médico acompañado por su mamá. El médico le pide que se desvista para revisarlo.
• Un vecino le dice a una niña que vaya a su casa porque sus papás no están y le pidieron que él la cuide.
• Un adulto ayuda a una niña que se cayó de la bicicleta y se golpeó. La ayuda a levantarse y mira dónde se lastimó, mientras llama a otros vecinos.
• Una persona que va con su auto se detiene y le pide a un niño que lo acompañe para mostrarle dónde queda una calle del barrio. El niño se acerca y esta persona quiere obligarlo a que vaya con ella.
• Una mamá le explica a su hija que si alguien le dice algo feo o quiere tocar alguna de sus partes íntimas, le diga: “¡No!”, y busque ayuda en un adulto de confianza.
• Un niño se anima a contarle a la maestra un secreto que tiene y que lo hace sentir muy mal. El secreto es sobre un chico más grande que, a veces, en el camino de vuelta a su casa, le quiere dar un beso.
• En el colectivo, un hombre se acerca a una nena y le toca la cola.
Una vez que hayan dibujado las caritas, los chicos y las chicas realizarán una puesta en común. Entre todos, irán diferenciando aquellas situaciones que fueron clasificadas como inadecuadas o como adecuadas, como malas o buenas, desagradables o agradables, y comentarán por qué las calificaron de esa manera. Esta actividad ayudará a los niños y las niñas a identificar aspectos del contexto y de las emociones que hacen que una situación sea o no riesgosa y por qué. Es importante que, si los chicos y chicas clasifican alguna situación de cuidado como inadecuada, el o la docente pueda explicar qué condiciones hacen que no sea mala o inapropiada.
Por ejemplo: si a la situación relacionada con el médico los niños y las niñas le colocan una carita triste, el o la docente ayudará a definirla como segura, explicando qué elementos hacen que sea así, como la presencia de la madre, el hecho de que la revisación médica se realiza por motivos de salud, etc.

http://www.buenosaires.gob.ar/areas/educacion/curricula/pdf/educ-sexual-np.pdf Lineamientos curricular para la Educación Sexual Integral en el nivel primario.

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